jueves, marzo 18, 2010

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Estaba manejando muy tranquilamente de regreso a mi casa por una ruta que no suelo agarrar porque es lenta como las clases de español o de matemáticas discretas. Iba yo pensando en los flujos de efectivo y que hay que recortar gastos y despedir gente y “apretarse” el cinturón. Cuando de repente, que el semáforo empieza a parpadear en verde; el coche de adelante se frena y luego cuando el semáforo ya está en amarillo acelera para dejarme ahí sin poder hacer nada (odio que hagan eso malditos conductores de pacotilla).

Total que yo seguía pensando en los dineros y así, cuando (como en cualquier semáforo) que se acerca uno de esos changuitos que te “limpian” el parabrisas a cambio de unos centavos; solamente que en esta ocasión no era un changuito, sino una niña de 10-13 años. Y yo que soy todo un caballero le agradecí en primera instancia sus servicios y le pedí que mejor “a la vuelta”, pero la pequeña hizo caso omiso a mi amabilidad, por lo que supuse que no entendía mis intentos de comunicación. 
Entonces cambié mi estrategia a decirle “no” moviendo el dedo índice de lado a lado y repitiendo enérgicamente este vocablo.  Pero no mamaar, que la changuita esta seguía su camino y para este momento ya había mojado mi mugriento parabrisas.
En ese momento entré en pánico y agité los brazos de un lado a otro en señal de desesperación, después intenté hacer la señal internacional de asfixia (como nos enseño la srita. fine en la niñera) para que entendiera que estaba muriendo por dentro o no sé.
Pero se detuvo?!?? nooo!!! pinche niñita que se sube al cofre de mi auto (que también estaba sucio) y que se pone a echarle más agua jabonosa fea a mi parabrisas. Ese fue el momento en que dije ya valió madres… mi gesto en ese momento fue de “eres una mocosa irreverente” y acto seguido hice un facepalm, suspiré y  me le quedé viendo.

He visto que otras personas cuando les pasa eso, hacen berrinche (así como yo) pero encienden los limpia-parabrisas y ahuyentan de esta forma a los changuitos del mal. Pero yo no, qué tal que los inútiles estos se atoran con el limpiador y me lo amuelan… nooo, me sale más caro el pan bimbo que el nutella.

Total que la changuita esta, terminó de hacer su limpieza parabrisil, se bajó del cofre, se acercó a mi ventana (que estaba cerrada) y le puse una cara de no mames.

Afortunadamente para esto el semáforo cambió a un color verde alegre y pude huir del lugar sin mayor contratiempo.

Hoy volví a pasar por ahi, la changuita esta y sus familiares (porque es negocio familiar) no estaban…

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Ahora bien muchachos… ¿qué hemos aprendido de esta lección?

1. Los limpiadores esos ganan tan bien que no tienen que trabajar diario

2. No importa la edad, si uno no les pide que te limpien el parabrisas no tienes la obligación de darles tus centavos. De hecho ni si quiera debería de tener que decirles que no quiero nada… y es lo que hago a veces, y exhorto a que uds. también lo hagan. Si el changuito limpiador te empieza a limpiar (por voluntad propia y sin que tú le hayas pedido) no tienes obligación de decirle que no ni de pagarle (excepto si tiene cara de drogadicto borracho voy a rayar tu coche, porque no estoy para pelearme con estos señoritos)

3. Los autos deberían de tener la función de echar agua sin que se pusieran los limpiadores automáticamente o de dar toques.

1 comentario:

Pablo dijo...

Chido carnal, esto es todos los dias!! no no me limpies el parabraaaaasumadree!