Hoy se me calentaron mis orejitas por culpa de una clienta malhumorada, cosa que no sucedía según los archivos históricos de mi blog desde aquella ocasión.
La primera vez que se me calentaron las orejas me sorprendió mucho y fue cuando me dieron un exámen en el cuál no me había ido muy bien (ya saben que eso de la inteligencia a mi no se me da) y el resultado del examen rompía con mis planes de huevón por el resto del semestre. Bueno, no necesariamente, pero sí rompía con los planes de mantener mi beca (como saben tenía beca del 90% y como q eso de pagar nunca ha sido lo mio pues prefería no perderla) y la solución para q no me fuera tan mal en el parcial era arreglar, en 20 min o menos que quedaban de clase, un programa de ordenamiento recursivo de árboles (q estaba así bien cabrón y q me había pasado toda la noche buscando el problema sin éxito alguno). Así que me concentré como nunca y corregí el glitch en tiempo récord.
De ese momento me surgió la teoría que dicta que cuando pienso mucho mi cerebro se sobrecalienta y mis orejas sirven de dispersor de calor. Lo bueno es que casi nunca pienso mucho.
A alguien más se le calientan las orejas cuando tienen que pensar en exceso??
2 comentarios:
No, pero cuando iba en la primaria y alguien se echaba un pedo culpaban "al de las orejas calientes" jajaja
mhhh en mi primaria no sucedía eso
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