Y que me convierto en ejecutivo... como de esos de los bancos o cual gerente de miscelanea
Entre mis superpoderes se encontraban el dar asesoría, firmar contratos, tomar café y contar chistecitos. Al puro estilo de los licenciados.
Tanta finura no me la creía, así que nomás llegué a donde iba y que me pego como mosca a la ventana a sacar fotos.
Pero pues me aburrizé bien rápido. Eso de ser lic por un día no es lo mío.
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